sábado, 8 de julio de 2023

CUIDA LO QUE SIEMBRAS, SI QUIERES TENER UNA BUENA COSECHA


 Buenos días:

El ser humano es un JARDINERO de la VIDA. Durante todo su recorrido nos pasamos el día sembrando e, igualmente, recogemos lo que sembramos. Ahora bien, como todo siembra supone unos cuidados y depende de la semilla, el cuidado y las contingencias emocionales con las que cuidamos nuestro jardín, así recogemos nuestra cosecha.

Hay personas que se desilusionan porque siembran con mucho amos, riegan con dulzura y luego recogen una mala cosecha o, simplemente, la misma es para tirar. A veces, no germina bien, o simplemente se pudre. Como ocurre con los frutos del campo, tenemos que tener en cuenta que los FRUTOS del ALMA son iguales. No siempre que SIEMBRES una buena SEMILLA y la cultives con mucho AMOR y CUIDADO, la recogida va a ser buena. Porque si el fruto viene podrido de la raíz, no tienes nada que hacer.

Eso no significa que dejes de SEMBRAR y COSECHAR con mucho AMOR ya que, como norma general: quien siembra VERDAD, recoge CONFIANZA, quien siembra CARIÑO cosecha GRATITUD y quien siembra AMOR cosecha FELICIDAD.

Recuerda que todos podemos tener una mala cosecha en un momento dado, lo que no significa que no seamos buenos jardineros. Lo único malo es que no existe un SEGURO que compense nuestras pérdidas de una mala cosecha como sucede en el ámbito agrario propiamente dicho. Pero no pasa nada, al final de un proceso de SIEMBRA, CUIDADA y RECOGIDA de frutos; todo comienza de nuevo. Por eso, tras una mala temporada hemos de pasar página y olvidar lo sucedido para poder volver a comenzar una nueva SIEMBRA cargada de la misma ilusión y esperanza.

La VIDA es igual. A veces, tras una mala cosecha, toca hacer examen de conciencia y analizar por qué recogimos una mala cosecha. Tanta culpa puede tener que el producto venga mal de origen, como que nosotros no hayamos usado todo el AMOS y ABONO necesario para que el FRUTO sea bueno. Hemos de ser objetivos y no tratar de echar la culpa al mal fruto recogido y a sus posibles defectos. El jardinero se despista en muchas ocasiones y, sin darse cuenta, desatiende su jardín y luego vienen las consecuencias.

Las relaciones personales, como las plantas, son una confluencia de dos esencias que, para que se recoja un buen fruto, es necesario equilibrar. Si damos mucho de un lado y de otro no, aunque aparentemente pueda verse equilibrio; no existe tal y tampoco funciona. Analiza tu JARDIN, observa cómo lo cuidas y en qué fallas. Y no te fustigues, todos podemos tener malas experiencias. Eso no implica que no podamos volver a comenzar de nuevo. Esa es la verdadera magia de la SIEMBRA, siempre se puede volver a intentar.

Buen sábado y buena cosecha.

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