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sábado, 8 de enero de 2022

Cap 6 La Culpa: El gran bache de nuestro camino.




     Muy buenas volador@. ¿Listo para iniciar un nuevo vuelo? Esta semana avanzaremos un poco más en los pasos previos que debemos tener muy claros para poder empezar a desarrollar cuestiones más profundas. Las bases son fundamentales si queremos hacer una buena construcción. Y nuestro objetivo no es otro que encontrarnos con nuestro verdadero ser para permitirnos disfrutar de este viaje llamado vida en todo su esplendor. Como siempre, te recuerdo, lo importante que es para mí tus comentarios sobre el viaje de hoy para poder ahondar en más cuestiones y, si te gusta, compartas para poder llegar a más voladores que no sepan por dónde empezar su vuelo. ¿Preparado? Pues, tomamos pista e iniciamos un nuevo vuelo

LA CULPA: EL GRAN BACHE DE NUESTRO CAMINO.-

    Esta semana vamos a tocar otra cuestión peliaguda para muchos de nosotros que, sin embargo, está muy aceptada por nuestro ser y no es otra cosa que LA CULPA. Sigo insistiendo en que la misma nos viene inculcada desde pequeños. Has roto ese muñeco, eres un niño muy malo. No hagas eso porque si lo haces eres una mala persona. Si, de verdad, echásemos la vista atrás y nos diésemos ese pequeño viaje a nuestra infancia, no sólo a tus momentos de descubrimiento, como ya te propuse sino a todos esos momentos en que te decían NO, MALO, NO SE HACE. Nos daremos cuenta cómo sutilmente se nos introduce otro elemento que nos acompañará a lo largo de nuestra vida y que será unos de los elementos más castigadores y lastimadores de toda nuestra vida. ¿Cuántas veces te has sentido mal por infinidad de tus actuaciones, muchas con toda tu buena voluntad y se te ha hecho ver como culpable de un mal ajeno?. 

    Hemos de entender la culpa como un elemento o circunstancia que modifica la percepción de todo aquello que hacemos y que irremediablemente hemos de valorar o encasillar. Ya os indicaba, al principio la necesidad de desaprender. Porque todos los pensamientos o acciones que desarrollas tienes la necesidad de clasificarlos o valorarlos como buenos o malos y, en función de esa valoración, viviremos esa experiencia con un sentimiento bueno o de sufrimiento, gracias a la culpa. Como siempre, vamos a tratar de desarrollar lo que te quiero transmitir con un pequeño ejemplo para ponernos en situación. Estás a dieta y te comes un dulce, sólo lo disfrutas los minutos que dura la comida y acto seguido te sientes culpable por haberlo hecho. O bien, conoces a alguien y le dices algo que a la otra persona no le gusta y te sientes culpable porque le ha sentado mal. Son dos ejemplos sencillos y básicos pero podríamos empeorar la cosa mucho más.   Analicemos ahora, ¿de qué nace la culpa? Nace de la percepción que sentimos ante cualquier hecho que creemos no haber hecho bien por nuestros inquisidores prejuicios y nuestra base sembrada en la infancia. Ahora bien, si entendiésemos y, sobre todo, aceptásemos que todos nuestros minutos de vida están contados y que nada de lo que vivimos o vamos a vivir es inamovible, ¿tendría sentido la culpa?. Si todos somos copartícipes de las vidas de todos aquellos que nos rodean, ¿tiene sentido sentirse culpable o mal?. 

    Veamos, si tu tienes previsto en tu vida o camino experimentar una traición, es necesario que haya dos intervinientes el traicionado y el que traiciona. Si a mi me toca la interpretación de ser el que traiciona, ¿qué sentido tiene sentirse culpable una vez ha ocurrido el momento previsto de la traición?. Y hablando de traición, lo vamos a ver con el ejemplo más claro que tenemos en nuestra historia y conocido por todos de traición. Si Judas, no traiciona a Jesús para que lo apresaran, el mismo no hubiese perecido a posteriori en la Cruz. ¿De verdad pensáis que Judas pudo elegir entre traicionar o no a Jesús?. Yo estoy totalmente seguro de que, en realidad, no fue una traición, sino la forma en la que Jesús inició el camino hacia su sentencia y Judas, en este caso, fue la pieza necesaria para que ello ocurriese. Y, por favor, cuando me refiera alguna vez a alguna cuestión de este tipo que pueda parecer de índole religiosa os aclaro que en ningún momento me voy a referir a temas religiosos, siempre me referiré a ellos como cuestiones históricas fuera de creencias de cada uno que para mi son totalmente respetables.   

    Me he querido referir a esta cuestión porque creo que es el ejemplo más claro que tenemos en nuestra historia de culpa y llevada al extremo, por el final que tuvo el propio Judas. Que para mi no es otro que un final más como el que tendremos cada uno de nosotros algún día. Todos tenemos un momento cero, el de nuestra llegada y un momento final, el de nuestra muerte. Ahora bien, las circunstancias que se desarrollen en esos momentos no dependerán de nosotros nunca. Y con esto, quiero introducir otro concepto muy importante en el que deberemos ir pensando para entender muchas cuestiones, ya no sólo de nuestro ser, sino de nuestra vida. Me refiero al concepto de destino, libro de la vida, camino, representación teatral, etc. Lo podemos denominar como queramos pero el día  que consigamos más que entender, aceptar que todos los minutos de nuestra vida ya están previamente pactados y previstos y que ningún paso de los que hemos de dar podremos decidirlo aquí y ahora, nos daremos cuenta de muchas cosas que nos harán entendernos, querernos y representar este viaje libres de los adornos o baches de carretera como son el miedo, la culpa o el sufrimiento.  ¿Te imaginas vivir sin ninguno de estos tres elementos, sabiendo que en cada momento de tu vida estás haciendo lo que un día previamente imaginaste? Sin sentirte mal porque hoy te toque aguantar un cliente pesado, porque se te haya colado alguien en el supermercado, porque alguien te haya insultado, te haya robado, etc. Ese será nuestro objetivo final. Vivir esta experiencia como un espectador más y no como una victima. 



    Ojo, que cuando hay que pasar un mal rato se pasa y listo. A por otro episodio. Yo estoy totalmente convencido de ello y por ese motivo, como lo he podido comprobar y sentir, a partir de ese momento mi vida cambió por completo. Dió un giro de 365 grados, aunque sé que todo lo que aún me queda por experimentar está previsto y lo aceptaré tal y como venga. No me preocupa para nada el que dirán, sentirme culpable de lo que hago y sobre todo no disfrutar de esta experiencia única que se llama VIDA. Porque, como os dije, sólo y exclusivamente estamos aquí para experimentar vivencias y sensaciones que un día, tras tu marcha te llevarás. Por eso, si consigues entender esto, te darás cuenta que todo lo que te rodea que te quita el sueño, tu tiempo de disfrutar, quebraderos de cabeza, tu ansia de acaparar, tu sensación de envidia, no tiene sentido alguno. 

    Y te hago una pregunta más para que `pienses un poco más sobre todo esto que te cuestiono. ¿De verdad piensas que hay personas con suerte y otras con mala suerte? O ¿personas listas o torpes?. Párate a pensar con otro ejemplo, cuántos no conocen casos que en una casa dos hermanos criados en la misma familia uno es un lumbreras y el otro más torpe que un harado. Por más que intentas cambiar a alguien, no lo consigues. Porque no puedes cambiar nada de lo que cada uno hemos de vivir. Si te toca ser un lumbreras vivirás así y si te toca ser un torpe, no hay otra. ¿De verdad piensas que todo lo que haces depende de lo que decides en cada momento?. Tú experimentas la sensación de decidir pero, en realidad, haces lo que está previsto que hicieses para poder experimentar dicha sensación. Hay muchas señales de ello durante nuestra vida, lo que ocurre es que, a veces, no somos capaces de reconocerlas. Como cuándo conoces a alguien por primera vez y sientes que lo conoces de siempre. Sientes esa sensación porque, en realidad, ese encuentro estaba previsto y eres capaz de reconocer a esa persona, aunque no sepas para qué y por qué estará en tu vida. Puede ser para hacerte feliz o simplemente a ayudarte a experimentar una traición. O cuantas veces vienen a tu mente los llamados deja vu o momentos que vives y crees que, en realidad, ese momento ya lo has experimentado antes. Estas son pequeñas señales que te advierten parte de la realidad que hoy te estoy contando. Aunque hay muchos detalles más que, poco a poco, iremos desgranando durante alguno de nuestros vuelos. Hoy sólo quiero que empieces a tomar contacto con ello y trates de identificarlos.

    Piensa a lo largo de ti vida: por ejemplo, cuando has visto una casa o un coche y has sentido que tiene que formar parte de ti y, al final, te lo compras o vives allí. O cuando conoces a alguien y sientes esa sensación de familiaridad con él o ella. El secreto, para ir apreciando todos estos detalles es experimentar tu vida, a la vez de ser el protagonista, como un espectador de la misma. Todo cambia muchísimo y podrás entender muchas cuestiones que hasta este momento son tabú.  

    Pero bueno, he empezado hablando de culpa y mira por dónde me estoy yendo. Soy un experto en liarte o, quizás no?. Ya te dije que me dejaría llevar por lo que fuese fluyendo en cada momento y así lo haré. Como el tiempo se nos acaba, seguramente volvamos a la culpa en algún otro momento para poder entenderla mucho mejor. Quizás ahora sólo es necesario que pienses en ella, tal y como te la he descrito en el enunciado: como un bache en nuestro camino que hace que el coche cimbree mientras vamos por la carretera, pero nada más allá. Lo importante, de todo ello, es que no te la quedes en la mochila y la lleves por bandera, porque lo único que consigue es no hacerte disfrutar del resto del viaje.

    Bueno, volador@ se nos acabó nuevamente el tiempo y no que queda otra cosa que darte nuevamente las gracias por estar ahí una nueva semana continuando en este nuevo viaje que nos hemos aventurado a experimentar. Un enorme abrazo y hasta el próximo vuelo. 

Javier Mercado 

Motril a 8 de Enero de 2021

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