PROBLEMA O RETO, ¿QUÉ PREFIERES?

 Buenos días:

Hoy nos detenemos en lo que supone clasificar todo aquello que vivimos y en lo que nos influye a la hora de afrontarlo. Partimos de PROBLEMA, cuando clasificas algo como tal tu mente ya se empieza a bloquear porque sabe que es algo desagradable, complicado, que te va a generar dificultad, inconvenientes; etc. A nadie le gustan los problemas y por tanto, a la hora de enfrentarse a este tipo de situaciones la mente se pone a la defensiva y, además, nos autogenera ansiedad a la hora de afrontarlo.
Ahora bien. Denominemos la misma situación como RETO. ¿Qué ocurre en tu mente?. Un reto puede o no ser difícil, es algo más que deseas alcanzar con independencia los inconvenientes que conlleve. Es más, un reto nos invita más a enfrentarnos a él que, sin embargo, lo denominásemos problema.

De ahí la importancia de la clasificación de nuestras circunstancias, aventuras o vivencias. Yo opto por, ni siquiera clarificarlo entre problema o reto. Simplemente, AVENTURA que es, aún más si cabe, apetecible experimentar lo que la misma nos pueda aportar; aunque finalmente no sea nada bueno. Una aventura siempre será EXTRAORDINARIA por el misterio que conlleva hasta el final. Es algo más neutro en nuestra mente que no necesita un prejuicio previo que nos puede influenciar a la hora de enfrentarnos a ello.

Y es que la ACTITUD, es la llave para eliminar muchos de los males de los que nos afectan. Y ella, sólo depende única y exclusivamente de nosotros. No se trata de SER positivos ante todo de forma ciega, sino de arrancar con una actitud NEUTRA-POSITIVA, pero no dejando que una de los posibles resultados que pueda ocurrir ante lo que te enfrentes: sea PROBLEMA, RETO o AVENTURA; influya en la experiencia que vayas a vivir durante su desarrollo.

Puede sonar un poco complicado, al principio pero es más fácil de lo que parece. Intentan, poco a poco, incorporar pequeños CAMBIOS a tu VIDA, a través de tu MENTE que es el timón que te llevará y guiará durante todo el camino. Un timón seguro, objetivo, que no se deja influenciar será capaz de dirigir el viaje mucho mejor que un timón ya cargado de prejuicios, miedos e inseguridades.

Si has de hacer un viaje y se arrecia una gran tormenta de nubes, viento y lluvia. No la vivas con miedo e inseguridad, simplemente: un buen abrigo (para el frío), un buen paraguas (para la lluvia) y una buena dosis de ánimo para hacerte comprender que el camino es inevitable; sin embargo la forma de enfrentarte al mismo no depende del camino sino de tu idea de cómo recorrerlo.

 
Hoy es miércoles y el cuerpo lo sabe.