domingo, 22 de mayo de 2022

Cap 25 La Caducidad del Ser: ,la clave de nuestra existencia

     Volador@ aquí estamos de nuevo ante un nuevo reto semanal. ¿Has empezado a introducir la confianza dentro de tu día a día para darle más fuerza a tu ser? Si es así, me alegro por ello, en caso contrario, ya sabes que todas estas cuestiones llevan su tiempo y, lo más importante, ante un reto es la constancia; el primer escalón al que tendrás que enfrentarte si deseas conocerte realmente y, por ende, disfrutar de los vuelos que semanalmente te propongo. Tras nuestro repaso introductorio semanal, es buen momento de tomar posiciones, ponernos cómod@s en modo off para el resto del mundo durante estos minutos y tomar pista porque vamos a despegar hacia un nuevo Vuelo del Ser. 

    


    Volador@ hoy vamos a sacar a la palestra de nuestro ser, algo en lo que algunos pensamos , a veces, y otros pretenden negar la evidencia. No es otra cosa que la denominada fecha de caducidad del ser. En alguna ocasión hemos hablado sobre nuestro proceso de entrada a esta experiencia, a través de nuestro nacimiento, y del proceso de salida que se hace a través de nuestra muerte física, nunca del ser. Pues bien, en términos coloquiales esa muerte o salida de esta experiencia es la denominada caducidad del ser. Si has empezado a practicar tu aspecto observador, como te vengo recomendando a lo largo de los episodios, habrás podido observar que es la realidad.

    Nos creemos directores de nuestra experiencia en la tierra, y en parte, es cierto, ya que cada uno de nosotros hemos diseñado lo que aquí realmente experimentamos. Pero, esa capacidad de dirección, sólo está operativa antes de venir a disfrutar de esta vida, aunque para algunos pueda ser traumática. En realidad, la vida es un cúmulo de vivencias que nos aportan sensaciones a nuestro ser o espíritu. No hay otro fin detrás de todo esto. Y si, aún no has sido capaz de llegar a esa conclusión, es porque no observas lo suficientes todo lo que acontece a nuestro alrededor y sacas tus propias conclusiones. Te voy a proponer una serie de preguntas para ponerte en la tesitura de que tengas que pensar, por lo menos en ello. Te advierto que si desarrollas al máximo tu capacidad observadora, te será más fácil obtener las respuestas. Y lógicamente, esas respuestas son para ti y tu ser. Vamos a ello: ¿qué opinas de una muerte prematura? ¿piensas que ese ser que se marcha prematuramente no lo ha hecho bien y por eso se va? o, en realidad, ¿piensas que es cuestión de buena o mala suerte?. ¿Qué opinas sobre los que se marchan a través de un proceso como una enfermedad grave o una muerte fortuita (accidente, asesinato, etc)? ¿Te has cuestionado nuevamente a qué se debe? ¿A que no actuó correctamente? No se cuidó lo suficiente y por eso no superó la enfermedad, o bien no fue lo suficientemente cauto y por eso falleció en un accidente.

    ¿Te has cuestionado esto alguna vez dentro de ajetreada vida?. Es muy importante, pensar en ciertos aspectos para poder adentrarnos a conocer nuestro ser y poder entender por qué y para qué estamos aquí. Es más, es una de las premisas principales que nos despertarán nuestra inquietud por acercarnos a la verdadera realidad de nuestro paso por aquí. Si no lo has hecho aún o no lo haces nunca, no pasa nada; ya que simplemente tu paso por aquí será más sencillo y se limitará sólo y exclusivamente a vivir la experiencias bajo la creencia de que somos dueños de nuestra vida y que todo lo que acontece a nuestro alrededor depende de lo que hagamos en cada momento. Esto es un falso mito que sólo los verdaderos buscadores logran comprender y aceptar antes de su marcha. Por eso, yo sé que mi labor en esta faceta del vuelo es simplemente ser la llave o conexión para que tú puedas ver con claridad el siguiente paso que has de dar. Siempre he dicho que tengo la tranquilidad total y absoluta de que no te voy a enseñar nada que tu no sepas, porque en realidad, no soy maestro de nadie. Ni siquiera de mi mismo. Porque los maestros sólo existen  en la escuela como concepto. 

    Pero bueno, no me quiero liar con ciertos aspectos que luego me quedo a la mitad de lo que realmente quiero transmitirte. Cuando hable de caducidad del ser a lo que me refiero es a que cuando llega nuestro momento de marcha, sea cuando sea, el mismo es irremediable e inamovible. A veces, se puede intuir, sobre todo cuando viene precedido de una enfermedad grave o situación que, por las circunstancias, nos anuncia que está próximo el momento de nuestra marcha. Pero es así y es, muy importante, que seamos conscientes de esa realidad para poder enfrentarnos a ella con la naturalidad que corresponde. Entiendo que pueda ser dolorosa, que no nos guste, a priori, pero que es un deseo de cada uno de nosotros que hemos de respetar. Porque esa fecha es elegida concienzudamente por cada uno de nosotros y, sobre todo la forma, para aportar a nuestros hermanos (en sentido general, no familiar) de una serie de sensaciones y emociones que eligieron vivir y que, necesariamente, pasan por el hecho que produce nuestra fecha de caducidad del ser y las circunstancias en las que ocurre.



    Entender todo este proceso supone un paso importante para aminorar efectos duros que suponen vivir dichas experiencias. Pero, a quién no le supone una experiencia placentera, dejarse caer por una montaña rusa a toda velocidad, aunque suponga experimentar miles de emociones contradictorias durante el momento: miedo, angustia, placer, cosquilleo, etc. Es muy curioso porque cuanto más observamos al ser más información nos aporta para comprender todo esto. Interiorizar esta cuestión dentro de nosotros o, más bien , reconocerla porque ya existía nos aportará una gran sensación de tranquilidad y paz que aminora, en gran medida, la angustia que provoca la marcha de cualquiera de nuestros hermanos. Porque, en realidad, esa es otra cuestión que tampoco valoramos y somos conscientes. El concepto de hermandad de todos los seres humanos ha desaparecido completamente de nuestra sociedad, limitándonos a las relaciones de parentesco que establecen los cánones sociales en los que, en función de nuestro supuesto origen terrenal, tenemos hermanos, primos, nietos o sobrinos; por decir algo. Y en función de esa cualidad tengo la "obligación" de sentir cariño por ellos por razones de arraigo.

    Esta cuestión será otro tema que me guardo para desarrollar en otro vuelo mejor, porque tiene mucha tela que cortar y que tampoco observamos. Ya sabes que todo va surgiendo poco a poco y aún nos queda mucho camino que recorrer. Quiero, antes de que llegue el momento del fin de nuestro vuelo, apuntar una cuestión más sobre la caducidad del ser que me parece igualmente importante. ¿En qué me baso para poder afirmar su existencia tal y como la he denominado? Precisamente en la observación de las marchas de cada uno de los hermanos a los que llega su momento. La no explicación racional o lógica de la llegada de dicho momento no la baso en la mala o buena suerte como hacemos muchos, ya que te comenté claramente que la suerte no existe ni se puede buscar, como muchos creen. La suerte es sólo el concepto que define una situación única y exclusivamente. Por tanto, descartado el factor suerte y, dadas las situaciones tan dispares en la que ocurre esa caducidad del ser o muerte,  ¿a qué lo achacarías tú?. 

    Lo que sí me resulta muy curioso, desde que me convertí en un observador empedernido del ser, es la multitud de posibilidades que nos ofrece la caducidad en cuanto a momento, forma, circunstancias, hechos, etc. El ser humano es un creador (otra faceta importante que debemos tratar en otro vuelo) pero esa cualidad no es desarrollada en esta experiencia in situ llamada vida. Esa faceta, como te he indicado, la desarrollamos ampliamente antes de venir y, si no te lo crees, piensa en todo lo que has vivido hasta ahora en tu vida; cualquier telenovela turca que estés viendo ahora te parecerá un capítulo de los Simpsons. Tu vida o novela es realmente una de tus mayores creaciones y, lo interesante de ella, es que a través de este viaje que aquí realizamos se nos permite experimentar en todo su esplendor. En términos coloquiales somos el director, guionista y actor principal de nuestra propia telenovela. 

    En fin volador@, yo siempre lanzando pequeños dardos o tratando de darte pequeños toques de atención con el único propósito de que te descubras. Sin comérnoslo ni bebérnoslo hemos llegado al final de un nuevo vuelo y lentamente procedemos a bajar en altura para que, nuestra vuelta con la realidad, sea lo menos brusca posible. Una vez aterrices puedes continuar con todo lo que dejaste pendiente. Espero contar contigo en nuestro próximo encuentro. Como siempre, agradecido y feliz de que estés ahí una vez más. Nos volvemos a encontrar en una nueva aventura. un inmenso abrazo.

    En Motril a 21 de Mayo de 2022 

    Javier Mercado      

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