sábado, 29 de enero de 2022

Cap 9 Haz lo que yo diga, pero no lo que yo haga.

 Muy buenas Volador@, una semana más dispuestos a comenzar un nuevo vuelo. Comprendo que es difícil procesar e interiorizar todo lo que aquí desarrollamos fácilmente. Por eso, te pido que tengas paciencia y que trates de darle de vez en cuando una vueltecita a cada capítulo que, a priori, te choque más. Ten en cuenta que en cada uno trato de que pienses por tí mismo todos esos aspectos que normalmente pasas de largo. Ya sabes, estos diez minutos son esenciales para ti y debes acercarte a ellos olvidándote de todos esos patrones que hasta ahora reconocemos como sociables o habituales. Si estás list@ vamos a por un nuevo Vuelo del Ser.


    Esta semana nos toca reflexionar sobre otro ogro que, muchas veces, no nos deja volar nuestra vida con tranquilidad o por lo menos, disfrutar de ella. Y no es otra cosa que nuestras cargas o lastres que nos inculcamos para sentirnos un poco mejor pero, en realidad, consiguen el efecto contrario: amargarnos un poco más cuando no llegamos al objetivo marcado.


    El ser humano, por naturaleza, siente la necesidad de darse a los demás o ayudar a sus seres queridos o allegados. Como siempre, a través de un ejemplo, entenderemos un poco mejor a lo que me quiero referir. Un padre o madre con referencia a su hijo o hija, un hombre o mujer con respecto a su pareja, pariente o, por qué no, una amistad importante. Pretendemos querer arreglar la vida a todos los demás. Que padre no quiere lo mejor para su hijo, o que hijo (ya mayor) no desea lo mejor para su padre (convertido muchas veces en abuelo). Pues si,  hay infinidad de personas que se pasan toda su vida tratando de arreglar o, más bien intentando, la vida de los demás y no se dan cuenta que por mucha energía que gasten, cada ser tiene su camino y su vida. Tiene que pasar por cada uno de los acontecimientos elegidos experimentar y no hay otra alternativa que estar ahí con ellos, pero con querer tratar de evitarlos o querer cargar con ellos, en realidad, no solucionan nada. Más bien, empeoran la situación y, es más, pasan de largo todos los acontecimientos que cada uno de nosotros tenemos que, también experimentar o vivir.


    Es muy importante que tengas claro que tu paso por este mundo, o la experiencia que te aporta tu estancia aquí es para vivir una serie de acontecimientos previstos por ti para experimentar las sensaciones que los mismos te aportan. Lógicamente, participamos unos con otros para que todo pueda suceder. Para que yo pueda experimentar la sensación que produce experimentar un robo, tiene que haber un ladrón y una víctima o robado. Cada uno de nosotros desarrollamos un rol. Igual que quien actúa de ladrón, experimentará esa sensación robando. Él mismo, necesita también a quien robar.  Partiendo de esta premisa tan sencilla y que ocurre a diario entre muchos de nosotros o conocidos. Hay que tener en cuenta que tú, en realidad, eres partícipe de dicho hecho y que no vas a poder evitar jamás que ocurra.


    Muchos de nosotros achacamos este tipo de hechos a la suerte. Tema del que ya hablamos la pasada semana y que, créeme, yo sigo pensando más que es un mito que una realidad. Por que sino no tiene sentido alguno las situaciones que ocurren a diario y que, muchas personas, no pueden evitar. Un accidente de tráfico, por ejemplo, cuántos no ocurren de forma inexplicable. Hay quien conduce jugándose la vida a diario y hay quién es el mejor conductor del mundo y a la vuelta de la esquina se lleva el golpe que lo manda al otro barrio. Un accidente de tráfico, como cualquier otro acontecimiento: robo, violación, caída, o positivos que te toque la lotería, que apruebes una oposición, que seas arquitecto. 
Como siempre me voy de un lado a otro, pero ya sabes que me dejo llevar por lo que me sale a la hora de iniciar un vuelo. Pero quiero retomar la cuestión principal del vuelo de hoy. La carga de lastres por nuestro ímpetu de querer arreglar la vida de los demás. ¿Qué ocurre? Que casi siempre, no es que no lo consigamos, sino es que nos olvidamos de nosotros mismos. O más bien, para no querer enfrentarnos nosotros a nuestros propios miedos o frenos, buscamos entretenernos tratando de resolverle la vida a los demás. Si un hijo/a tuyo/a tiene que sufrir una caída en su vida la va a vivir, igual que si la evita. Si un familiar tuyo va a sufrir un accidente, lo tendrá por mucho que trates de impedirlo. Lo verdaderamente esencial de todo esto es vivir esa experiencia como algo normal, con las sensaciones que ello produzca pero, sobre todo, respetando los acontecimientos que a cada uno nos toca experimentar.


    De ahí que, como en un muchas ocasiones hemos comentado, el sufrimiento en exceso es innecesario ya que no sirve para evitar lo inevitable. Lo que sí quiero recalcar en el vuelo de hoy es la necesidad de recordarte a ti, si a ti es que antes de querer arreglarle la vida a alguien pienses una cosa. ¿Tengo yo la suficiente autoridad o como queramos denominar de decirle a alguien lo que tiene que hacer cuándo yo soy el primero que no lo hago?. Y no te mientas, ¿cuántas veces en tu vida le has dicho a un ser querido algo que, si lo piensas en voz alta, tú mismo no has sido capaz de hacer?. Hay un dicho muy popular que nos viene al pelo hoy: Haz lo que yo diga pero no lo que yo haga. Pues bien hoy te diría yo, piensa lo que dices antes de hacer nada.  Porque quizás, quién más necesita un autoconsejo es uno mismo, no a quien tienes enfrente. A veces, tenemos que dejar el mundo correr y con esto no me refiero a no actuar, sino a autoactuar con nosotros mismos. Porque sólo cuando realmente nosotros mismos seamos sinceros con nosotros mismos, podríamos tener la autoridad de aconsejar a nuestro ser querido o amigo con total plenitud.



    Y todo está interrelacionado: sin aceptación no hay evolución. Piensa, cada vez que te dirijas a alguien a pretender arreglarle la vida. ¿Tengo yo la mía arreglada?. Pues los grandes logros empiezan por uno mismo. Si uno no es capaz de estar bien, jamás podrá repartir bienestar a los demás. ¿Por qué piensas que estoy hoy yo aquí? Precisamente, porque no me siento con la autoridad de decirte nada de lo que tú debas hacer. Yo, en realidad, comparto en voz alta mi experiencia para tratar de contagiarte y hacerte ver por ti mismo en qué situación estás tú. Y no vale de nada reprocharse, porque no hay nada que reprochar a nadie. Empieza por no reprocharte nada a tí y verás como, finalmente, no reprocharás nada a nadie más. Como se suele decir en términos coloquiales, para saber los efectos que producen nuestros actos primero hay que tomar de nuestra propia medicina. Es muy fácil criticar o arreglar el tejado del vecino, cuando el mío se sostiene por puntales. Y es que, cuando comiences a darte cuenta de la realidad que te rodea y que todo es inevitable, comenzará a sentir la sensación de no poder criticar a nadie, porque entenderás que cada uno de nosotros tiene su rol para que el contrario pueda experimentar dicha experiencia. 

     
    Por eso, hoy sólo te voy a pedir que pienses en ello sin prejuicios. Con total y absoluta normalidad y tranquilidad y con un aspecto crítico ante tu forma de pensar hasta ahora. Siempre se han dicho que las grandes certezas se consiguen cuánto más se cuestiona uno algo y trata de darle infinitud de posibles soluciones. Ahora bien, hay mucha gente que prefiere la comodidad de dime lo que tengo que pensar y creer que yo no me caliente mucho la cabeza que eso de pensar no va conmigo. Hay que empezar a vivir esa experiencia de cuestionarse muchas de las cosas que hasta ahora consideramos como normales y que aceptamos por el paso del tiempo. Sólo así conseguirás experimentar nuevas sensaciones y pensamientos. Cada hecho o experiencia puede tener multitud de causas o respuestas, sé atrevido y lánzate a buscarlas. 


    Bueno volador@ creo que lo vamos a ir dejando por aquí. Vamos a ir bajando en altura y acercándonos de nuevo a tierra para conectar con nuestra realidad que, aunque a veces sea incómoda, es más fácil de sobrellevar que no pensar de forma diferente.
Te agradezco nuevamente que me acompañes en esta aventura y hasta la próxima semana que amenazo con volver con más quebraderos de cabeza. Un inmenso abrazo.

En Motril a 29 de Enero de 2021
Javier Mercado

Sino quieres leer, puedes escucharnos a través de nuestro podcast:

O bien a través de nuestro Canal de Youtube: 

sábado, 22 de enero de 2022

Cap 8 La suerte: mito o realidad en tu vida.

   


 

    Bienvenid@ volador a un nuevo viaje que nos transportará hacia el interior de nuestro verdadero ser. Avanzamos poco a poco en este apasionado camino que hará conocernos un poco más y aprender a valorar lo verdaderamente importante de cada uno de nosotros. Si lo sencillo es lo verdaderamente importante y valioso como vimos la pasada semana, prepárate para conocer lo que este vuelo nos tiene preparado. Una vez más, te recuerdo y te agradezco tu colaboración y tus aportaciones mediante comentarios o con la difusión de lo que aquí te hacemos llegar para que nuevos voladores pierdan el miedo a altos vuelos. Con todo preparado y listo, no me queda otra cosa que darte las gracias e iniciar El Vuelo del Ser.


    Querid@ volador, hoy pretendo hacer que cuestiones, un poco más si cabe, sobre ti y tu verdadero ser. ¿Cuántas veces te has propuesto algo que nunca llegó? Puede ser que no sea tu caso, pero seguro que si lo piensas un momento encuentras algo en tu vida, por muy inadvertido que pueda ser, que te has propuesto y que nunca ha llegado a ocurrir o cumplirse. ¿Has pensado por qué? Seguro que también lo has hecho. Y habrás dicho, no he hecho lo suficiente para que ocurra o llegue o simplemente y, el argumento más plausible y usado, no he tenido suerte. Hoy me quiero detener un poco en esta parte de nosotros a la que achacamos muchos de nuestros éxitos, el el caso de que haya abundancia (me refiero a la suerte,  lógicamente) o de muchos de los mal llamados fracasos ( por su ausencia).
    

¿De verdad piensas que en la vida todo es cuestión de suerte y/o esfuerzo?. Si te paras a pensar hay gente que se pasa toda su vida luchando por algo que nunca llega y hay personas que con un simple soplo consiguen, no sólo llegar a tus objetivos, sino superarlos con creces. Esto me ha hecho pensar en multitud de ocasiones si verdaderamente está en nuestra mano conseguir metas u objetivos, o bien, si se alcanzan es porque realmente forman parte de tu camino. No me podréis negar que nadie tiene la receta del éxito y mucho menos de lo que llamamos el triunfo. Hay multitud de teorías o leyes que pretenden hacernos creer que porque ciertas personas se han encontrado con un poco de lo que mal denominamos "suerte" ya son por sí maestros para enseñar al resto de borregos, siendo quien te habla el borrego mayor. O como se suele decir, el burro delante. La ley de la atracción, las teorías de dar las gracias por todo, los desimplantes, la desalineación o el bloqueo de chakras y así, infinidad de creencias que nos llevan a tal confusión que lo único que conseguimos es creernos todo aquéllo que nos cuentan sin pararnos a ver la realidad.
   

     La crítica que pretendo transmitirte quiero que la entiendas de la forma más objetiva posible porque, en ningún caso, pretende atacar a nadie. Sino expresar, en voz alta, un pensamiento para que te cuestiones ciertos aspectos que quizás, cuando te encuentras dentro de lo que se denomina "egregor" no consigues pensar con total claridad. Por mi experiencia en esos cinco años que te comenté en los que hice el programa de radio llamado "Ladrones de Sueños" en los que entrevisté a multitud de seres magníficos y curiosos para mi he podido llegar a multitud de conclusiones que quiero hacerte llegar en estos vuelos que semanalmente compartimos. Pero, como siempre, no para convencerte de nada sino para cuestionarte aún más si dudas tenías. Porque te aseguro una cosa, cuántas más dudas tienes y más escuchas, más se desmontan muchos de los mitos que pasan por tu cabeza. Y que conste que yo he sido el primero que, siguiendo a pie juntillas, la ley de atracción, por ejemplo,  lo más que he conseguido es atraer unas cuántas moscas en el calor del verano. Sin embargo, consiguen a atrapar ésta y otras muchas teorías a multitud de adeptos pensando que no han conseguido éxito en su vida porque no han sabido hacer lo que otros muchos han conseguido a través de sus hechos.
    



    Y usaré una frase muy conocida para justificar dicha actitud "La suerte de la fea, la guapa la desea". Todo esto que hoy trato de hacerte pensar no es por otra cosa que volver al origen. ¿De verdad no he conseguido lo que quería porque no lo he sabido hacer o no he tenido suerte?. O bien,  es que, como también se suele decir lo que no está para uno, simplemente no ocurrirá. Un argumento más para pensar nuevamente sobre si existe un camino o destino que nos lleva y nos trae no, por donde nosotros deseamos o queremos, sino por donde realmente nos toca caminar. Y yo me pregunto ¿los pobres seres que nacen en África o cualquier país subdesarrollado es que simplemente no tienen la experiencia suficiente para poder una vida "digna" como la nuestra? ¿O simplemente están ahí para que le demos una limosnita para que tengan para comer?. ¿O dependen del egoísmo del ser humano?.  Como siga metiendo el dedo en la llaga explota. Pero es la pura verdad. Por eso, al hilo del vuelo que nos trae esta semana ¿existe realmente la suerte o es el destino?
    

    ¿Cuál es tu pensamiento respecto a esta cuestión que muy pocos nos planteamos seriamente?. Aunque sé que en algún momento de tu vida te lo habrás hecho. Y ojo, quiero hacer una puntualización para aquéllos que, cuando les hablas de destino, camino o libro de la vida lo rechazan por el simple hecho de pensar que como todo está ya previsto me hago socio del club de brazos caídos que no tengo nada más que hacer o pensar. Ese es el primer impedimento o inconveniente al que te has de enfrentar antes de poder acercarte a entender las grandes preguntas que todos nos hacemos ¿por qué y para qué estamos aquí?. O aún no te lo has cuestionado. seguro que sí, pero te ha producido tal vértigo las repuesta que seguro que has preferido huir de su respuesta, antes de plantearte, ni siquiera, las posibles causas. Pero realmente hay multitud de señales y circunstancias que nos muestran día a día que nuestro camino tiene marcado cada uno de los pasos que damos y que inevitablemente pisaremos cada una de nuestras huellas previstas; por mucho que por nuestra cabeza pase un aluvión de ideas y pensamientos que nos pueden llevar a vivir experiencias de vértigo.
    

    Esto es realmente lo bonito de nuestra vida y lo que algunos denominamos "libre alvedrío mental". Nuestra mente es tan sumamente creadora y voraz que nos puede llevar y traer 100.000 veces a un mismo lugar o a miles de lugares. Sin embargo, querido volador@ si tienes que pasar por una experiencia, del tipo que sea, ya puedes pensar las posibles alternativas que pueden darse ante un mismo hecho, que pienses lo que pienses, ocurrirá la que tienes previsto experimentar. Aunque simplemente vivas la sensación de que la decisión está en tu mano o en tu cabeza. Por eso, la suerte yo me mojo y te digo claramente que es un mito o una creación del ser para tratar de justificar aquéllo que no llegas o llegas a conseguir. Porque inevitablemente ocurrirá lo marcado antes de tu llegada a este mundo. Ya que todos venimos con un libro de instrucciones o mejor dicho de experiencias, bajo el brazo; no un pan como nos cuentan desde pequeños. Puedes aceptarlo o no pero irremediablemente vivirás todo aquéllo cuánto elegiste experimentar un día 0 antes de tu llegada.
    

    Yo te voy a seguir dándote argumentos que te hagan cuestionar, como a mí, que parte de verdad o mito es esto en realidad. Sólo a tí te corresponde conectar con tu ser y tu destino o bien continuar tu vida en modo "off"; como muchos de nosotros experimentamos nuestro camino. Ahora bien, el día que lo descubras y que conectes con ello, la sensación te puedo asegurar que es indescriptible con palabras coloquiales. Es como un sentimiento o sensación, podrás usar los términos que quieras para describirlo pero difícilmente expresará la realidad de lo que sientes. Porque los sentimientos o sensaciones son vivencias difícilmente trasladables al lenguaje. Sólo puedes conocer lo que son cuando las experimentas realmente.
   

     Bueno volador@, una vez más, llegamos al tren de aterrizaje y volvemos a nuestra realidad cotidiana. Espero que cuándo hayas alcanzado la máxima altura, tu mente te haya hecho cuestionarte algo más de quién eres y qué sientes realmente. Gracias nuevamente por estar ahí una nueva semana y, si tu quieres, volveremos a lanzarnos a un nuevo vuelo la próxima semana. Un inmenso abrazo

En Motril a 22 de Enero de 2022

Javier Mercado

 Sino quieres leer, puedes escucharnos a través de nuestro podcast:


O bien a través de nuestro Canal de Youtube: 

sábado, 15 de enero de 2022

Cap 7 Lo sencillo, es lo más valioso: La búsqueda del bienestar del ser.


    

 Bienvenido de nuevo volador@ a este nuevo viaje que vamos a emprender. La semana pasada lanzamos una premisa que iremos desgranando a lo largo de nuestro próximos vuelos que es necesario entender para comprender muchos aspectos de nuestra vida que, a veces, no logramos ver con claridad. Ese destino y camino que ya tenemos previsto y marcado a fuego desde nuestro nacimiento hasta el momento de nuestra marcha.Ve pensando en ello mientras experimentamos el resto de nuestro vuelos. Una vez más agradezco tus comentarios sobre el vuelo de hoy. Todo listo, así que ponte cómodo porque comenzamos un nuevo episodio de El Vuelo del Ser.

    Querid@ volador@ en esta ocasión, me voy a detener en hacerte pensar sobre ciertos aspectos que vivimos a diario y que, a veces, no somos capaces de apreciar. Nos movemos por impulsos y actuamos como máquinas a las cuáles parece que se va acabar el mundo. ¿Cuántas veces has dicho o pensado, no me da tiempo, no me da la vida para tanto y renuncias a miles de momentos sencillos por querer cumplir todo aquéllo a lo que te sientes obligad@ a hacer? ¿En qué momento del día piensas en tí? Yo te lo adivino seguro, podría decirte que nunca o casi nunca. Pues bien, hoy quiero llamar tu atención para hacer una breve parada dentro de tu vorágine diaria y empezar a experimentar ciertos aspectos invisibles que pasan por tu vida como algo sin valor y sin sentido.

    Cuántas veces al día te lamentas de todo lo que te ocurre y, sin embargo, no eres capaz de apreciar todo eso que te rodea  a lo que no le presta atención. Un desayuno relajado, con lo que más te guste; un paseo al atardecer, o simplemente dedicar unos minutos a escuchar esa música que tanto te gusta. ¿Has observado que todas las necesidades que te has creado a tu alrededor y que, en realidad, no te permiten disfrutar de tu viaje, no son otra cosa que "necesidades accesorias"? De verdad, piensas que todo el tiempo que dedicas al día a generar cumplir unas expectativas es lo que realmente necesitas y quieres para no en sí ser feliz, ya que este es un concepto muy subjetivo, sino más bien para estar bien. Y en ello me voy a detener un poco más hoy. ¿Qué es para tí el bienestar?. Para muchos será tener un buen trabajo, ser el mejor en su actividad, tener grandes lujos, etc. ¿Qué ocurre con ello? Que subimos tal alto nuestra expectativa que cuando no llegas a  ella, lo único que sentimos es una frustración interna que no nos permite apreciar todo lo bueno que la vida nos da cada día. 

    Podríamos verlo mejor con un caso práctico para acercarnos a ese bienestar del ser. Yo te puedo decir que para mi estar bien conmigo mismo es simplemente levantarme cada mañana. Para mi ya es un éxito poder hacerlo cada día. A partir de ahí, cualquier detalle adicional es un activo a sumar al bienestar de poder levantarte cada día. Un desayuno, en casa, o en una cafetería. Acudir al trabajo, dar un paseo, y así miles de supuestos a los que cada uno nos enfrentamos en la vida. Sin embargo, estos pequeños momentos no somos capaces de apreciarlos hasta que no nos llega una enfermedad grave que nos puede indicar que nos quedan pocos momentos de vida y, en ese momento, en ocasiones algunas personas, ya que no todas, comienzan a apreciar otros aspectos de la vida. 

    Por eso, aunque hoy no avancemos mucho en temas más profundos si quiero hacerte pensar en lo rico y afortunado que eres al poder experimentar cada día vivir el momento de un nuevo despertar. Pero ese nuevo despertar has de experimentarlo, no como sino fuera el último (que podría ser, ya que ninguno conocemos el momento de nuestra marcha) sino cómo si fuera el inicio de una nueva aventura. Yo cuando me levanto no es que me dedique a dar gracias por un nuevo día, como ciertas creencias que se pasan media vida dando gracias hasta el aire; sino que me digo y pienso hoy comienza un nuevo día, una nueva oportunidad de experimentar multitud de aventuras. ¿Qué me tocará experimentar hoy? Sólo me queda dejarme llevar y acoger con ímpetu lo que el día me tenga previsto para ese momento. Y, sobre todo, se que nada de lo que ocurra va a depender de si he sido malo o bueno. Un secreto para experimentar tu día a día es, además de experimentar tu vida como el protagonista que eres, verla en modo espectador. Es decir, analiza tu día a día como si tú no fueras el protagonismo. A veces, las cosas son más fáciles de entender desde el punto de vista de un tercero, aunque en este caso ese tercero seas tu mismo.


    
Hay una frase del desaparecido Facundo Cabral que define realmente nuestro día a día: "No estás deprimido, estás distraído". Pues bien, hoy lo que quiero hacerte ver es que no te distraigas de tu ser cada día y te dejes llevar por todo lo que te rodea, ya que ello te hace olvidarte de pequeñas cosas que tienes cada día y que hacen que tu vida de por sí ya sea un momento de bienestar. Al final cualquier problema al que te puedas enfrentar a diario, no es otra cosa que un entretenimiento más de ese día. Disfruta de poder experimentarlo y poder superarlo. Yo, en mi trabajo, veo como cantidad de personas se martirizan por cosas insignificantes que hacen un drama y parece que ya son las personas más desgraciadas de este mundo. Seguramente, a ti te ocurra lo mismo. Pero si ves esa situación como un observador no te afectará tanto como si pretendes dejarte llevar por el protagonismo de un tercero cuando te hace partícipe de su problema. ¿Qué es, en realidad, un problema? Ya lo hemos dicho antes, un entretenimiento. Nada más. Porque en esta vida, todo tiene solución menos la muerte, porque cuando llega, no hay marcha atrás y nada que hacer. Llega el momento y te vas. Y es así de simple. Por cierto, otro tema que sale a la palestra del que también quiero que hablemos en otro vuelo: la muerte o nuestra marcha o fin de la experiencia, como a mi me gusta mejor denominarlo.

    En definitiva nos pasamos gran parte de nuestra existencia buscando la forma de estar bien, conseguir bienestar y para ello, emprendemos una larga carrera de fondo que nos hace olvidarnos de lo sencillo que pasa por nuestro lado y que, quizás es lo más valioso que tenemos. No sé en que momento te encuentras tú de esa búsqueda. Yo te puedo decir que he en el momento que me reencontré conmigo mismo, desapareció la necesidad de buscar y de cuestionarme muchas cosas. La vida es muy simple, sin embargo, nos la complicamos de una manera que pasamos de largo verdaderas maravillas que suceden a nuestro alrededor. Soy muy repetitivo algunas veces, pero es necesario que te des cuenta. ¿Qué te vas a llevar de aquí cuándo te vayas? ¿Te has hecho alguna vez esa pregunta?. Creo que es muy importante que pares un momento y te lo cuestiones; quizás te des cuenta de muchas cosas que pasan por tu cabeza y que no tienen sentido.

    Consume toda tu energía en apresar en tu mente todas esas experiencias y vivencias que has venido a compartir a este mundo. Ya sea como protagonista de la tuya propia o como partícipe de las de los demás. Tómate la vida como disfrutar de un buen café que, a veces, está muy amargo porque se nos olvidó ponerle algo de azúcar, o simplemente disfruta de su aroma. Me encantaría poder ayudarte a que sientas lo que yo percibo en este momento, pero entiendo que cada uno necesita su tiempo y su momento. Por ello, estoy hoy aquí contándote esto porque quizás hoy sea el momento en el que te plantees ciertas cuestiones que te hagan cambiar tu forma de pensar. Sé curioso y disfruta del camino de tu búsqueda porque, como te he dicho, en el momento en el que te encuentres desaparecerán todas tus dudas, tus preguntas y tus ansias de... A partir de ese momento sólo querrás disfrutar de esta bonita experiencia que denominamos vida.

    Uf hoy me he puesto un poco melancólico. Pero, algún día espero que consigas entender todo lo que trato de transmitirte en estos vuelos. Sé que es tarea ardua y complicada pero no cesaré en mi empeño.  Me tengo que despedir ya y no me queda otra que, como cada semana, darte las gracias por tu fidelidad y porque sigas trabajando en esa búsqueda de tu ser. Un fuerte abrazo.

Motril a 15 de Enero de 2022.

Javier Mercado

 Sino quieres leer, puedes escucharnos a través de nuestro podcast:

 O bien a través de nuestro Canal de Youtube: 


sábado, 8 de enero de 2022

Cap 6 La Culpa: El gran bache de nuestro camino.




     Muy buenas volador@. ¿Listo para iniciar un nuevo vuelo? Esta semana avanzaremos un poco más en los pasos previos que debemos tener muy claros para poder empezar a desarrollar cuestiones más profundas. Las bases son fundamentales si queremos hacer una buena construcción. Y nuestro objetivo no es otro que encontrarnos con nuestro verdadero ser para permitirnos disfrutar de este viaje llamado vida en todo su esplendor. Como siempre, te recuerdo, lo importante que es para mí tus comentarios sobre el viaje de hoy para poder ahondar en más cuestiones y, si te gusta, compartas para poder llegar a más voladores que no sepan por dónde empezar su vuelo. ¿Preparado? Pues, tomamos pista e iniciamos un nuevo vuelo

LA CULPA: EL GRAN BACHE DE NUESTRO CAMINO.-

    Esta semana vamos a tocar otra cuestión peliaguda para muchos de nosotros que, sin embargo, está muy aceptada por nuestro ser y no es otra cosa que LA CULPA. Sigo insistiendo en que la misma nos viene inculcada desde pequeños. Has roto ese muñeco, eres un niño muy malo. No hagas eso porque si lo haces eres una mala persona. Si, de verdad, echásemos la vista atrás y nos diésemos ese pequeño viaje a nuestra infancia, no sólo a tus momentos de descubrimiento, como ya te propuse sino a todos esos momentos en que te decían NO, MALO, NO SE HACE. Nos daremos cuenta cómo sutilmente se nos introduce otro elemento que nos acompañará a lo largo de nuestra vida y que será unos de los elementos más castigadores y lastimadores de toda nuestra vida. ¿Cuántas veces te has sentido mal por infinidad de tus actuaciones, muchas con toda tu buena voluntad y se te ha hecho ver como culpable de un mal ajeno?. 

    Hemos de entender la culpa como un elemento o circunstancia que modifica la percepción de todo aquello que hacemos y que irremediablemente hemos de valorar o encasillar. Ya os indicaba, al principio la necesidad de desaprender. Porque todos los pensamientos o acciones que desarrollas tienes la necesidad de clasificarlos o valorarlos como buenos o malos y, en función de esa valoración, viviremos esa experiencia con un sentimiento bueno o de sufrimiento, gracias a la culpa. Como siempre, vamos a tratar de desarrollar lo que te quiero transmitir con un pequeño ejemplo para ponernos en situación. Estás a dieta y te comes un dulce, sólo lo disfrutas los minutos que dura la comida y acto seguido te sientes culpable por haberlo hecho. O bien, conoces a alguien y le dices algo que a la otra persona no le gusta y te sientes culpable porque le ha sentado mal. Son dos ejemplos sencillos y básicos pero podríamos empeorar la cosa mucho más.   Analicemos ahora, ¿de qué nace la culpa? Nace de la percepción que sentimos ante cualquier hecho que creemos no haber hecho bien por nuestros inquisidores prejuicios y nuestra base sembrada en la infancia. Ahora bien, si entendiésemos y, sobre todo, aceptásemos que todos nuestros minutos de vida están contados y que nada de lo que vivimos o vamos a vivir es inamovible, ¿tendría sentido la culpa?. Si todos somos copartícipes de las vidas de todos aquellos que nos rodean, ¿tiene sentido sentirse culpable o mal?. 

    Veamos, si tu tienes previsto en tu vida o camino experimentar una traición, es necesario que haya dos intervinientes el traicionado y el que traiciona. Si a mi me toca la interpretación de ser el que traiciona, ¿qué sentido tiene sentirse culpable una vez ha ocurrido el momento previsto de la traición?. Y hablando de traición, lo vamos a ver con el ejemplo más claro que tenemos en nuestra historia y conocido por todos de traición. Si Judas, no traiciona a Jesús para que lo apresaran, el mismo no hubiese perecido a posteriori en la Cruz. ¿De verdad pensáis que Judas pudo elegir entre traicionar o no a Jesús?. Yo estoy totalmente seguro de que, en realidad, no fue una traición, sino la forma en la que Jesús inició el camino hacia su sentencia y Judas, en este caso, fue la pieza necesaria para que ello ocurriese. Y, por favor, cuando me refiera alguna vez a alguna cuestión de este tipo que pueda parecer de índole religiosa os aclaro que en ningún momento me voy a referir a temas religiosos, siempre me referiré a ellos como cuestiones históricas fuera de creencias de cada uno que para mi son totalmente respetables.   

    Me he querido referir a esta cuestión porque creo que es el ejemplo más claro que tenemos en nuestra historia de culpa y llevada al extremo, por el final que tuvo el propio Judas. Que para mi no es otro que un final más como el que tendremos cada uno de nosotros algún día. Todos tenemos un momento cero, el de nuestra llegada y un momento final, el de nuestra muerte. Ahora bien, las circunstancias que se desarrollen en esos momentos no dependerán de nosotros nunca. Y con esto, quiero introducir otro concepto muy importante en el que deberemos ir pensando para entender muchas cuestiones, ya no sólo de nuestro ser, sino de nuestra vida. Me refiero al concepto de destino, libro de la vida, camino, representación teatral, etc. Lo podemos denominar como queramos pero el día  que consigamos más que entender, aceptar que todos los minutos de nuestra vida ya están previamente pactados y previstos y que ningún paso de los que hemos de dar podremos decidirlo aquí y ahora, nos daremos cuenta de muchas cosas que nos harán entendernos, querernos y representar este viaje libres de los adornos o baches de carretera como son el miedo, la culpa o el sufrimiento.  ¿Te imaginas vivir sin ninguno de estos tres elementos, sabiendo que en cada momento de tu vida estás haciendo lo que un día previamente imaginaste? Sin sentirte mal porque hoy te toque aguantar un cliente pesado, porque se te haya colado alguien en el supermercado, porque alguien te haya insultado, te haya robado, etc. Ese será nuestro objetivo final. Vivir esta experiencia como un espectador más y no como una victima. 



    Ojo, que cuando hay que pasar un mal rato se pasa y listo. A por otro episodio. Yo estoy totalmente convencido de ello y por ese motivo, como lo he podido comprobar y sentir, a partir de ese momento mi vida cambió por completo. Dió un giro de 365 grados, aunque sé que todo lo que aún me queda por experimentar está previsto y lo aceptaré tal y como venga. No me preocupa para nada el que dirán, sentirme culpable de lo que hago y sobre todo no disfrutar de esta experiencia única que se llama VIDA. Porque, como os dije, sólo y exclusivamente estamos aquí para experimentar vivencias y sensaciones que un día, tras tu marcha te llevarás. Por eso, si consigues entender esto, te darás cuenta que todo lo que te rodea que te quita el sueño, tu tiempo de disfrutar, quebraderos de cabeza, tu ansia de acaparar, tu sensación de envidia, no tiene sentido alguno. 

    Y te hago una pregunta más para que `pienses un poco más sobre todo esto que te cuestiono. ¿De verdad piensas que hay personas con suerte y otras con mala suerte? O ¿personas listas o torpes?. Párate a pensar con otro ejemplo, cuántos no conocen casos que en una casa dos hermanos criados en la misma familia uno es un lumbreras y el otro más torpe que un harado. Por más que intentas cambiar a alguien, no lo consigues. Porque no puedes cambiar nada de lo que cada uno hemos de vivir. Si te toca ser un lumbreras vivirás así y si te toca ser un torpe, no hay otra. ¿De verdad piensas que todo lo que haces depende de lo que decides en cada momento?. Tú experimentas la sensación de decidir pero, en realidad, haces lo que está previsto que hicieses para poder experimentar dicha sensación. Hay muchas señales de ello durante nuestra vida, lo que ocurre es que, a veces, no somos capaces de reconocerlas. Como cuándo conoces a alguien por primera vez y sientes que lo conoces de siempre. Sientes esa sensación porque, en realidad, ese encuentro estaba previsto y eres capaz de reconocer a esa persona, aunque no sepas para qué y por qué estará en tu vida. Puede ser para hacerte feliz o simplemente a ayudarte a experimentar una traición. O cuantas veces vienen a tu mente los llamados deja vu o momentos que vives y crees que, en realidad, ese momento ya lo has experimentado antes. Estas son pequeñas señales que te advierten parte de la realidad que hoy te estoy contando. Aunque hay muchos detalles más que, poco a poco, iremos desgranando durante alguno de nuestros vuelos. Hoy sólo quiero que empieces a tomar contacto con ello y trates de identificarlos.

    Piensa a lo largo de ti vida: por ejemplo, cuando has visto una casa o un coche y has sentido que tiene que formar parte de ti y, al final, te lo compras o vives allí. O cuando conoces a alguien y sientes esa sensación de familiaridad con él o ella. El secreto, para ir apreciando todos estos detalles es experimentar tu vida, a la vez de ser el protagonista, como un espectador de la misma. Todo cambia muchísimo y podrás entender muchas cuestiones que hasta este momento son tabú.  

    Pero bueno, he empezado hablando de culpa y mira por dónde me estoy yendo. Soy un experto en liarte o, quizás no?. Ya te dije que me dejaría llevar por lo que fuese fluyendo en cada momento y así lo haré. Como el tiempo se nos acaba, seguramente volvamos a la culpa en algún otro momento para poder entenderla mucho mejor. Quizás ahora sólo es necesario que pienses en ella, tal y como te la he descrito en el enunciado: como un bache en nuestro camino que hace que el coche cimbree mientras vamos por la carretera, pero nada más allá. Lo importante, de todo ello, es que no te la quedes en la mochila y la lleves por bandera, porque lo único que consigue es no hacerte disfrutar del resto del viaje.

    Bueno, volador@ se nos acabó nuevamente el tiempo y no que queda otra cosa que darte nuevamente las gracias por estar ahí una nueva semana continuando en este nuevo viaje que nos hemos aventurado a experimentar. Un enorme abrazo y hasta el próximo vuelo. 

Javier Mercado 

Motril a 8 de Enero de 2021

Sino quieres leer, puedes escucharnos a través de nuestro podcast:

O bien a través de nuestro Canal de Youtube:

sábado, 1 de enero de 2022

Cap 5 Aceptación: La clave del inicio hacia el encuentro de tu ser


 

Bienvenido volador@. ¿dispuesto a iniciar un nuevo vuelo?. Me alegro mucho, esa es la actitud. Vamos a por nuestro quinto encuentro semanal para seguir desgranando todas esas premisas que nos ayudarán a acercarnos cada vez un poquito más a ese magnifico ser que habita dentro de cada uno de nosotros@ y que tan olvidad@ lo tenemos. Es una pena, porque lo que habita dentro de tí es lo más valioso que tienes en esta vida. Preparad@s para darle un nuevo empujón. Abróchense el cinturón porque tomamos pista para un nuevo vuelo. 

ACEPTACION: LA CLAVE DEL INICIO HACIA EL ENCUENTRO DE TU SER

Hoy quiero hablarte de algo muy sencillo de entender pero, a la vez, muy complicado de poner en práctica. Y no es otra cosa que la expresión misma de tu ser. ¿A qué me refiero con ello? A la exteriorización de tu verdadera personalidad. Durante toda nuestra vida desarrollamos la mayor lucha a la que un ser humano se puede enfrentar: el yo soy y el yo muestro que soy. Seamos sinceros y, como suelo decirte, ahora que nadie nos ve ni nos oye hemos de ser sinceros con nosotros mismos, ya que sino este viaje no tendría sentido alguno. ¿Cuánto tiempo de tu vida llevas luchando contigo mismo?. Y sé sincero, aunque sólo sea por un momento. Yo lo reconozco que llevo casi toda mi vida luchando contra mi y ¿por qué?. Pues porque nos pasamos gran parte de nuestra vida luchando por ser quien desearíamos ser, en vez de aceptar lo que realmente somos y aprender a disfrutarnos. Con nuestras virtudes y nuestros defectos. Sómos únicos, piezas irrepetibles, aunque podamos tener un doble por ahí a nivel físico, pero a nivel personal por muchos seres que haya en este planeta, no hay dos iguales.

Esa guerra que vivimos toda nuestra vida nos acaba pasando factura. Fíjate que la pasada semana hablábamos del miedo como freno de nuestro ser. Pero si hay un freno a nuestra verdadera capacidad de ser ese eres tú mismo. Fíjate que curioso que, muchas veces, a lo largo de nuestra vida buscamos culpables de muchas cosas que nos ocurren y, no me refiero a nivel de acontecimientos, sino a nivel emocional, refiriéndome a nuestro estado sentimental ( y no me refiero a casado o soltero), sino a nuestros propios sentimientos. En realidad, el único responsable de que te encuentres bien o mal anímicamente eres tú, no depende de nadie más. Pero, hay muchos factores emocionales propios que afectan muy mucho a que te sientas realmente bien.

El primero al que te debes enfrentar es a la aceptación. Es la madre de todos los demás. Sino eres capaz de aceptarte tal y como te sientes, nada de lo demás tendrá sentido. Sino te sientas frente a tí, cara a cara y tratas de reconocer que quien tienes enfrente de ti eres tú: rubio, moreno, gordo, flaco, alto, bajo, avispado, bonachón, intrépido, vago, etc. da igual el envoltorio donde te halles, ese que estas viendo eres tú. Sí, me refiero a ese ser que llevas maltratando desde que lo ocupaste al nacer. ¿Aún no te has dado cuenta que por mucho que desees no hay otro ser que el que tienes frente al espejo?. Te puedes hacer un implante de pelo, ponerte una dentadura brillante, hacerte una liposucción. Pero esos cambios no son otra cosa que la no aceptación del envoltorio de tu ser. Perdemos una cantidad de tiempo maltratándonos psicológicamente por no ser  capaces de mirarnos y decir ese que veo soy yo y puedo tratar de adornarlo de una forma u otra pero es lo que hay. Sin embargo, mientras tratamos de luchar con nuestro envase exterior nos olvidamos de lo que habita dentro de nuestro cuerpo. Nuestra verdadera identidad que sufre mientras tratamos de encontrarle sentido a nuestro exterior. 

Sin aceptación no hay encuentro con tu ser y sin encuentro con tu ser jamás podrás elevarte por altos vuelos. A lo más que podrás optar es a pequeñas elevaciones efímeras y pasajeras. El fin de este vuelo que yo te propongo, no es que te conformes con parecer que vueles, sino que vueles de verdad con tu verdadero ser. Por ello, sabemos que tenemos una ardua tarea. Y con los 10 minutos de hoy no vamos a hacer otra cosa que una primera toma de contacto con la Aceptación del Ser. Las ruedas que nos ayudarán a un gran despegue y que serán nuestro anzuelo en el aterrizaje. 


Por eso, hoy te invito a que comiences a hacer pequeños acercamientos a tu ser. Y darte cuenta que lo que hay frente a tí es lo que te ha tocado y que no vas a malgastar ni un segundo más en pensar cómo te gustaría ser porque inevitablemente ya lo eres. Esa aceptación no es sólo física, ojo, sino emocional también. Cada uno venimos con unas cualidades propias de casa inherentes a nuestra personalidad, como un perfume que tiene un aroma concreto basado en una mezcla de ingredientes. Así, somos cada uno de nosotros: dulces, secos, tercos, sentimentales, agradables, ariscos, etc. Todos esos ingredientes que forman nuestro ser son nuestra base emocional. También es una parte irremediablemente intrínseca que no podremos cambiar. Podremos tener fases de nuestra vida en las que se exterioricen algunos de esos ingredientes más que otros pero, te aseguro, que lo que traes de origen te lo llevas cuando te vas. Algún día hablaremos también del famoso aprendizaje al que nos sometemos nosotros mismos durante nuestra estancia aquí. Y ya te adelanto que no tenemos nada que aprender, lo único que tenemos que hacer aquí es experimentar y vivir todas las sensaciones que un día, cuando nos toque abandonar este mundo es lo que realmente nos llevaremos "sensaciones y emociones" nada mas. Ni aprendizajes ni nada material porque en la continuación de nuestro viaje, cuando abandonemos este mundo, no nos va a hacer falta nada de ello. Pero eso es harina de otro costal que, en su momento, comenzaremos a amasar y dejar fermentar para entender otras muchas cosas.

Un consejo de utilidad para que el proceso de aceptación llegue a buen puerto es que lo hagas sin necesidad de entender por qué eres asi y además sin tener en cuenta nada de lo que hayas vivido hasta este momento. Este es uno de los grandes inconvenientes y que nos hacen más duro el proceso de aceptación, el querer entender todo lo que hemos hecho y por qué hasta este momento. Es muy importante que ese proceso lo inicies y lo lleves a cabo abstrayéndote de todo. Como te indiqué cuando hablamos del desaprender. Tu mente tiene que estar libre de cualquier acontecimiento que pueda obstruir ese acercamiento a tu ser. Da igual lo que hayas hecho hasta ahora, si has sido la persona más dulce o más cruel de este mundo. En la aceptación no hay etiquetas de ningún tipo. Sólo estás tú y y los ingredientes de los que te compones, sin adornos ni valoraciones. Para acercarte a tu ser no puedes clasificarte ni valorarte sólo ser. Y una vez que inicias ese proceso de aceptación, anexo al mismo va el de amar o querer quien realmente eres. En el momento en el que te reencuentras contigo mismo saltan las chispas necesarias para que fluya ese cariño que todos buscamos en los demás y que nosotros mismos ya lo tenemos. Sino eres capaz de quererte a ti, nunca serás capaz de querer a un tercero; ni siquiera a un padre o una madre, o un hijo. Lo que tú crees experimentar como amor al prójimo es un sucedáneo del amor hacia uno mismo, fuera de la esfera del egocentrismo al que para nada me refiero en este momento.

Cuando tú te aceptas realmente, comienza la relación amorosa más intensa que jamás vas a poder experimentar en tu vida. Esa es única e irrepetible. Te empezarás a cuidar, a sentirte bien, a expresarte con cariño hacia los demás. Ten en cuenta que si tú estás bien todo lo que haya a tu alrededor se contagiará de ello. Aunque sea un momento desagradable el que te toque vivir en ese momento. Ya te he dicho en alguno ocasión que todas las experiencias que venimos a experimentar son inamovibles e inevitables porque han sido previamente estipuladas. Aquí no se deja nada al azar, ni tan siquiera este momento que estamos compartiendo tú y yo en este momento. Este encuentro ya estaba previsto. Por eso, ya te he dicho en otras ocasiones que yo no voy a enseñarte nada que tú ya no sepas. Sólo has de reconocer cada momento de tu vida. Pero, no me quiero desviar mucho del tema, aunque es complicado porque todo está entrelazado. Pero, como te dije, hemos de ir poco a poco.

Así que sintiéndolo mucho, hemos llegado al final de este nuevo episodio en el que espero hayas disfrutado y, sobre todo, deseo que experimentes todo lo que aquí hemos estado desarrollando. Por último, me gustaría recordarte que te animes a comentar y participar. ¿Qué te ha parecido? ¿Desde dónde nos ves o nos escuchas? Si hay alguna cuestión que creas interesante tratar o comentar. Ya sabes que estoy aquí para acompañarte pero me gustaría que no fuese en silencio. Un poco de quid pro quo, feedback o que te muestres tal y como eres.

Gracias siempre por estar ahí una semana más. Hasta entonces un abrazo inmenso.

Javier Mercado

Motril a 1 Enero de 2022

Sino quieres leer, puedes escucharnos a través de nuestro podcast:

O bien a través de nuestro Canal de Youtube:

sábado, 25 de diciembre de 2021

Cap 4 Miedo: El verdadero freno de nuestro ser.

 


Muy buenas volador@. Bienvenido, de nuevo, a nuestro encuentro. ¿Qué tal la semana? ¿Has intentado recordar esos momentos de tu niñez que te propuse la pasada semana? Si no lo has hecho, te recuerdo que es muy importante que lo realices. En el momento que tu puedas. Ojo, que en 10 minutos no vamos a hacer milagros. Recuerda que lo que comparto contigo cada semana es para que le des una vueltecita y lo vayas poniendo en práctica. ¿Preparado para el capítulo de hoy? Adelante que despegamos.

MIEDO: EL VERDADERO FRENO DE NUESTRO SER.

Hoy vamos a ahondar en otro de los factores que nos frenan de una manera atroz para dejar volar nuestro ser y no es otro que EL MIEDO. Ya lo dejamos caer en el primer capítulo. Pero es muy importante desarrollar este aspecto un poco más para poder llegar a entendernos. 

El miedo es uno de los llamados frenos del desarrollo de nuestra verdadera personalidad, junto con la culpa. En algún momento ampliaremos este otro gran ogro que también nos frena y que es nuestro mayor enemigo. Pero hoy nos vamos a centrar en el origen de ese miedo. Ya os indiqué que, desde pequeños, nos asustan con frases insignificantes pero cargadas de gran sentido para nosotros. Es más, en nuestra niñez es donde se siembra bien esa semilla llamada miedo que, a lo largo de nuestra vida, regaremos con abundante agua (nuestros llantos de pequeños) para que germine con más fuerza en nuestro interior a lo largo de nuestra vida. Así conforme vamos creciendo, ese miedo nos acompaña y, a muchos, nos atrapa hasta tal punto que llega a ser el causante de muchas de nuestras frustraciones.




Pero ¿por qué sentimos miedo? Porque somos seres muy imprevisibles pero a la vez muy predecibles. Y este juego de palabras tiene un doble significado. Somos seres muy imprevisibles en el sentido de que nada de lo que vamos a vivir dentro de un rato, ya ni siquiera mañana, puede ser previsto por nosotros. Porque hasta que no llega el momento exacto, no somos conscientes de lo que realmente ocurrirá. Y os lo cuento mejor con un ejemplo. Imaginemos algo tan sencillo como que quieres comprarte un abrigo. Piensas que te gusta más uno negro porque te queda mejor, aunque en realidad te gusta más el verde ya que es tu color favorito, pero el marrón pega con toda tu ropa. Y ya ni te cuento cuando estás en la tienda con todos delante. Hasta que no llega el momento real de la compra efectiva no sabes realmente qué color vas a elegir o si al final te vas a venir sin ninguno. Y predecibles, en el sentido de que somos tan sumamente sencillos, que con un poco de intuición podemos adivinar lo que realmente sentimos y queremos. 

Lo que si está muy claro es que el no saber qué te va a ocurrir, aunque solo sea dentro de un minuto, hace que se frene tu verdadero deseo. Y eso es lo que quiero tratar de hacerte ver en este episodio. Que no importa lo que venga de aquí a un momento porque eso era justo lo que tenía que ocurrir. ¿A qué me refiero? A que cada paso que damos no lo damos en falso o lo decidimos en ese momento, sino que ya estaba previsto en nuestro camino; sin embargo, no podemos reconocerlo para poder experimentarlo como si fuese la primera vez que lo vivimos.

Por eso, es muy importante que el miedo que sientes ante cualquier vicisitud a la que te enfrentes en la vida y que te impida vivir el momento con toda la intensidad que requiera,  desaparezca de tu ser y experimentes cada momento con la máxima plenitud los acontecimientos a los que te enfrentes. Volvamos a desarrollar esto con otro ejemplo. Me voy a presentar a un examen: me sudan las manos, me viene a la cabeza la sensación de que voy a suspender, que se me va a olvidar todo, que no voy a ser capaz, etc. Te aseguro que si lo tienes que suspender, los vas a suspender y si lo tienes que aprobar lo aprobarás. Esto puede parecer una paradoja, pero, lo quieras o no es la pura realidad. Por eso, no debes dejarte torturar por todas esas circunstancias que rodean el momento de su realización. Porque todo ello lo único que consigue es hacerte sufrir. Y, ojo, aquí venimos muchos de nosotros a sufrir porque no conozco a ningún ser más ansioso de sufrir que el ser humano. Es como si la vida en sí fuese un parque de atracciones del sufrimiento para algunos. Y lo digo sin tono peyorativo, no quiero que se me malinterprete. Lo que quiero transmitirte lo quiero hacer en un lenguaje muy coloquial y claro para que pueda llegar a cualquiera, sin tener en cuenta edad, conocimientos o formación. 

Pero es verdad que hay personas que nacen por y para vivir con miedo. Y os lo dice la persona que ha sido más miedica de este mundo que más de alguno de vosotros de los que me estáis leyendo. Pero, he dicho, ha sido. Pasado, porque hoy no teme a nada. Y al desaparecer ese temor en mí ha hecho cambiar radicalmente la forma a la que me enfrento a mi día a día. De hecho, sino hubiese vencido a ese miedo a día de hoy no estaría expresándome tal y como lo estoy haciendo en este momento, me hubiese mantenido calladito, como muchos de nosotros hacemos con muchas de las cosas que pasan por nuestra cabeza y que no llegan a exteriorizarse: un deseo, un pensamiento, un te quiero, un gracias. Por eso, es sumamente importante que entendamos el miedo como el mayor freno al que se enfrenta el ser humano para disfrutar de su experiencia de vida. Además, debéis tener en cuenta todos los accesorios que conlleva el miedo: angustia, estrés, malestar general, etc.

Si en algún momento de nuestro vuelo consigues entender que todo nuestro camino está estrictamente estipulado y que nada de lo que vas a vivir depende del azar o de una decisión tuya in situ, el miedo debe de desaparecer de tu vida. Porque no vas a poder evitar caerte, reir, llorar, tener un accidente, una enfermedad, sentir desprecio, enamorarte, que te traicionen. Todos esos episodios de tu vida ya están previstos. Por tanto, sentir miedo a la hora de enfrentarte a ellos, carece de sentido porque lo único que hace el mismo es desviar las sensaciones que debes experimentar cuando te enfrentas a dichas situaciones. Si tienes que experimentar una traición, ya va a ser una experiencia dura pero si le añades el miedo, además de dura puede ser traumática. Por eso, ante mismos hechos hay multitud de formas de sentirlos según cada ser. 

 Quiero que pienses un momento en diferentes momentos de tu vida en los que has sentido miedo, verdadero pavor y cuál fue el resultado. Y ahora piensa de nuevo en ese momento pero trata de quitarle el miedo de tu mente. ¿Cómo hubiese sido la experiencia de vivir ese mismo hecho pero sin miedo? Seguro que no tiene nada que ver lo que pasa por tu cabeza en este segundo supuesto. Sin embargo, ese hecho tan desagradable o agradable porque, ojo, también podemos pasar un miedo atroz ante hecho que son más que agradables. Porque no podemos olvidar que el miedo, aunque lo normal sea que se acompañe a momentos desagradables, también aparece en muchos momentos agradables de nuestra vida que nos impiden vivirlos con total intensidad. Como por ejemplo a la hora de recoger un reconocimiento o premio tener que decir unas palabras en público de agradecimiento puede convertirse en una pesadilla. Y ¿cómo sería dar ese discurso de agradecimiento sin ese miedo que nos frene a expresarnos? Entonces, ¿De qué forma vas a preferir vivir desde este momento tu vida? ¿Vas a seguir dando rienda suelta a ese freno que te acompaña día a día? yo, sinceramente, te recomiendo a que lo experimentes poco a poco. No es fácil eliminarlo de la noche a la mañana. Pero, sino te lo propones, te aseguro que no lo harás. Como el dedicarle esos 1o minutos que te propuse cada semana al encuentro de tu ser. Recuerda que para eso estoy aquí. No para enseñarte nada que tu no sepas, sino para crear en tí ese hábito que te ayude a reconocerte tu mismo. Porque no esperes que yo te de la llave de tu ser, esa la tienes tú. Yo voy a ser el Indiana Jones que genere esa inquietud para que te lances a buscarla. 

Me voy a quedar aquí porque el tiempo nos apremia creo que con esto puedes darle una vueltecita de tuerca a tu miedo interior. Piensa en ello de verdad. Y en cómo sería tu día a día sino formara parte de tí. Te aseguro que la sensación que vas a experimentar es de altos vuelos. Gracias nuevamente por estar una semana más con este humilde volador y soñador. No encontramos en un nuevo episodio muy pronto. Un abrazo.


Sino quieres leer, puedes escucharnos a través de nuestro podcast:  
O bien a través de nuestro Canal de Youtube:

sábado, 18 de diciembre de 2021

Cap 3 Rememorar nuestro origen: Un encuentro con nuestros primeros momentos de vida


 

Estimado Volador@ vamos a ir adentrándonos en este apasionado viaje nuevamente. Recuerda que a partir de ahora estamos solos tú y yo para sumergirnos a explorar ese territorio tan desconocido como es nuestro propio ser. Limpios de toda creencia previa, como si hubiésemos acabado de nacer, inocentes y hambrientos de vivir experiencias. Así es como comenzamos este nuevo episodio. 



Tras tener claro que debes afrontar todo esto libre de creencias previas, como explicamos en nuestro episodio anterior, es decir, desaprendiendo todo aquello que hasta ahora sabemos. Es necesario tomar en cuenta ciertos aspectos importantes que nos permitan acercarnos a nuestro interior. Quiero que pienses un momento en ti cuando niñ@, qué te gustaba hacer, qué sentías cuando mirabas a tu alrededor, qué buscabas, cómo tenías esa curiosidad por conocer todo aquello que te rodeaba. Ahora bien ese que sientes en este momento eres realmente tú. ¿Qué pasó para que ese ser tan maravilloso que llevas dentro comenzara a esconderse?. Porque, con la mano en el corazón, no conozco a nadie (por mucho que ciertas personas alardeen de ello) que realmente en toda su vida se haya expresado libre y voluntariamente tal y cómo siente. Lo que vemos y sentimos externamente de nosotros, no somos nosotros, sino una parte de nosotros manipulada.

Para explicaros bien esto lo voy a hacer con un ejemplo en primera persona. Yo siempre he sentido en mi interior una lucha interna entre dos seres. El que hoy te escribe con plena libertad y consciencia y el que he mostrado al mundo hasta hace poco. Esa persona reprimida por vergüenza a expresar mis sentimientos por miedo a que sean criticados, a no caer bien a los demás, a no ser aceptado por la sociedad. Entonces, el Javier que se expresaba hasta ahora, no ha sido nunca el que verdaderamente ocupa mi cuerpo, sino un sucedáneo vestido de los estereotipos sociales para agradar y caer bien. Decidme la verdad, ¿cuántos de vosotros habéis sido sinceros al 100% en todo lo que habéis manifestado o actuado en vuestra vida?. Yo ya te digo que el primero que no lo ha sido, y lo reconozco, he sido yo. Y el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra, haciendo mención a esta cita tan célebre y conocida. Ahora bien, analicemos, el por qué. Y yo voy a compartir contigo lo que ahora, tras mucho experimentar, buscar y reflexionar me he dado cuenta: todo lo que he sufrido, todo el miedo o rechazo que he podido sentir a lo largo de mi vida, todas las inquietudes que me han apartado de actuar por no creer que podría hacerlo, he de decirte que no hay un responsable mas directo que uno mismo. 

Cada día me doy cuenta como cada uno de nosotros estamos deseando criminalizar o culpar a los demás de lo que sentimos a diario: me han rechazado, me han criticado, vaya vida más deprimente que tengo, no soy feliz, no tengo suerte, no consigo nada en la vida, y así podría continuar indefinidamente. Mientras nos entretenemos en todo ello, dejamos pasar lo más importante que tenemos y experimentamos que es vivir el momento del día a día. En vez de estar agradecidos de poder disfrutar de un nuevo amanecer o de una nueva aventura que nos otorga la vida cada mañana. Sin embargo, nos levantamos buscando cualquier negatividad que nos amargue el día. Y una cosa que te digo con total sinceridad y que, quizás en este momento no entiendas, o mejor dicho no aceptes, es que el que estés bien o mal no depende de las circunstancias que te rodean o de los demás sino solo y exclusivamente de ti. Que nadie te hace daño, el que permite ser dañado eres tú dejando que lo que vives o percibes lo sientas como un ataque en vez de como una experiencia a vivir en este momento. Por muy cruel que pueda ser, da igual. Si hoy toca llorar, lo hacemos y disfrutamos nuestro momento de llanto. No pasa nada. Lo que no podemos hacer es hacernos las victimas cuando experimentamos un momento malo, algo que veo que hacemos mucho para buscar dar pena a los demás y quizás buscar el reconocimiento hacia nuestro ser. 

Uf veo que se me está yendo la pinza y mezclando multitud de cuestiones que quiero intentar transmitirte pero debe ser poco a poco porque sino no podremos comprenderlas. Lo que me ocurre es que llevo tantas cosas dentro que quisiera transmitírtelas todas a la vez para que consigas esa paz tan necesaria que todos y cada uno de nosotros debemos tener mientras disfrutamos este viaje terrenal que hemos tenido la ocasión de experimentar.

Por cierto, tocando otros temas. ¿Habéis pensado alguna vez por qué estáis aquí? ¿Piensas que tu ser comienza en el momento en el que nacemos en la Tierra o eres de los que crees que ya existías antes de llegar aquí? Tengo que aprovechar para preguntarte todo esto porque es muy importante que tú también te lo cuestiones en este receso que hacemos dentro de nuestro día a día. Es necesario, pensar en ello. ¿Qué sientes?. Yo voy a ser muy sincero y te voy a compartir lo que yo creo, siento y pienso. Y no es otra cosa que yo sé que mi ser ya existía antes de nacer aquí (y no me refiero para nada a las teorías reencarnatorias de las que ya hablaremos), simplemente que para entrar en esta experiencia que vivimos aquí lo tenemos que hacer a través de la forma natural de entrada a este planeta, que no es otra que el nacimiento en forma de bebé. Pero yo tengo sentimientos y recuerdos de que no comienza mi existencia aquí, sino que esto es simplemente un viaje, una experiencia. Y a ti te ocurre lo mismo, aunque no puedas recordarlo o conectar con ello.  Pero te aseguro que es la pura verdad y realidad, aunque en este momento te cueste creerlo. Tampoco quiero convencerte de ello, sólo quiero que lo pienses interna y tranquilamente. 


Es muy importante que para llegar a conocernos, o mejor, yo diría reconocernos hagamos un pequeño viaje a nuestro origen. Ese viaje no es otra cosa que lo que hoy te he estado planteando durante nuestro capítulo de hoy. Cuestionarnos nuestra existencia y, a partir, de ahí reconocernos en nuestro primeros momentos de la vida en esta Tierra. Nuestra niñez que tristemente se ve transformada por la vorágine que vamos atravesando conforme va pasando el tiempo: infancia, adolescencia y madurez. Conforme vamos pasando de una fase a otra nuestro ser se transforma adaptándose a lo que la sociedad tiene establecido como cánones socialmente aceptados y comenzamos el desapego de nuestro ser. El olvido del mismo, lo escondemos y nos comenzamos a mostrar sólo y exclusivamente para agradar a los demás o actuando de una forma socialmente correcta, olvidándonos de que a quien debes agradar realmente es a ti mismo. Para eso estás aquí.

Debo ir cerrando este episodio para no extenderme mucho más en el tiempo de hoy. No tenemos prisa, ya que esto acaba de comenzar. Te ruego que pienses un poco en todo lo que  acabamos de reflexionar para ir avanzando en nuestra transformación interna. Cada uno a su ritmo, no hay carreras que ganar. De hecho soy consciente de que muchos renunciarán en alguna parte del camino, cuando comiencen a sentirse incómodos, Porque te advierto, que en algún momento de nuestra aventura, ocurrirá. Si continúas con ello, te darás cuenta que es algo necesario para poder conseguir ese fin que nos hemos propuesto: conocer y emprender el vuelo de nuestro ser. 

Concluyo, no sin antes, agradecerte que sigas aquí una nueva semana. Dándote la bienvenida si te acabas de incorporar hoy. Pasa y ponte cómod@ porque un servidor se alegra de tu llegada. Este espacio está abierto a todo aquél que libre y voluntariamente quiera estar el tiempo que considere oportuno: en el despegue, durante el vuelo, en el aterrizaje. O, como los más atrevidos dirían, a todo lo que encarte. Un enorme abrazo y hasta el próximo vuelo, pasajero.

Sino quieres leer, puedes escucharnos a través de nuestro podcast:


O bien a través de nuestro Canal de Youtube:

SINCERIDAD: HACER LO CORRECTO DE FORMA TRANSPARENTE

 Buenos días: Hoy quiero compartir uno de los muchos conceptos o definiciones de SINCERIDAD. algo que cada día brilla por su ausencia en la ...